El día que aprendí a llorar…

El título del post puede sonar extraño pero te cuento:

Siempre he sido alguien a quien muy pocas personas, realmente muy pocas personas, han visto llorar.

Supongo que un psicólogo podría explicar el porqué, pero lo que sé es que desde siempre me daba verguenza, muchas veces me aguantaba las ganas de llorar, me secaba las lágrimas y hacía de cuenta que nada pasó. Lo hacía bien, siempre me creían que no pasaba nada. Incluso cuando hace unos 13 años cupido la regó conmigo recuerdo que lloraba todo el camino del trabajo a casa escondiéndome en mi capucha o mirando por la ventana del carro, pero apenas llegaba al paradero, me ponía una máscara y amigo que encontrara en el camino o quienes estaban en casa creían mis risas y bromas. Como si nada.

Pero siempre hay momentos determinantes en la vida… eso creo yo.

Y ese día; el programado para que naciera mi hijo; ese día todo cambió.

Llegué acompañada de Fernando, de mi papá, mi mamá y Sayuri, una prima con quien no paramos de reír mientras se hacían los últimos preparativos para la operación pero a la hora de la hora todos se quedan en sala de espera. Y tenía miedo claro, nunca me había operado de nada y de pronto estaba en una sala fría, muy fría y preguntando a cada rato por mi flaco. Habíamos conseguido permiso para que estuviera durante la operación. Entre la anestesia, mis náuseas por la baja de presión y el frío estaba un poco desorientada, hasta que en un momento me habló y solo así pude calmarme sabiendo que él estaba ahí para ver qué todo fuera bien con nuestro hijo.

Yo solo veía el reloj de la sala y escuchaba a los doctores conversar mientras escuchaban música, ahí estaba ansiosa hasta que escuché a la doctora hablarle a mi bebé:

⁃ Awww este gordo quiere agarrar al doctor, mira su puchero… (le hablaba con ese tono en la voz que por alguna razón los adultos adoptamos al hablarle a los bebés)

⁃ La foto, no tapen por favor- escuché a mi flaco decir osadamente a los doctores. Estaba grabando y además tomando foto al preciso momento en que Jonathan llegaba a este loco mundo. (Foto principal de este post)

Pero yo no veía nada porque para la cesárea te tapan de cintura para abajo con una especie de ¿”telón”? (Perdonen que no se como se llama ese accesorio), el caso es que con manos sujetadas no podía ni asomarme.

En ese momento solo quería escuchar a mi hijo para saber que estaba ahí, que todo estaba bien y los segundos se me hicieron eternos… hasta que lloró…

Y ahí, en ese momento, sin darme cuenta siquiera, sin haber podido disimularlo o cubrirme la cara…yo estaba llorando también.

Lo recuerdo y fue alucinante, creo que si lo han vivido me entenderán y sabrán lo único que es ese momento. No tuve tiempo de intentar ocultarlo, ni hubiera podido.

Era la primera vez que lloraba de emoción, de felicidad, la primera vez que no me importaba si me estaban viendo los doctores y enfermeras.

Lloré porque la intensidad del momento me sobrepasaba. Lloré de alivio también, de escucharlo y saber que todo estaba bien, que al fin después de la ansiedad de los últimos meses ya lo tendría en brazos.

Ya era mamá desde que supe que estaba embarazada pero ahora podía ver como todo un milagro pasaba frente a mi.

Siempre el nacimiento de un bebé me había parecido fascinante, pero ahora podía sentirlo, ser testigo y participar, podía amarlo con toda el alma y apenas era la primera vez que lo veía a la cara.

Creo que al nacer mi hijo activó una sensibilidad que había estado ocultando. Que tontamente había disfrazado.

Desde ese día aprendí a llorar, a hacerlo sin culpa ni vergüenza, a hacerlo cuando era necesario y a mostrar más mis emociones.

Pdta: Tanto que ahora me he vuelto una llorona 😅. No vean películas conmigo, mucho menos Coco 💀🎸.

Que difícil …

Que difícil es saberte una maravilla en un mundo que no lo es tanto.

Qué difícil entender que vas a descubrir su lado malo,

que lo vas a ver tal cual, que muchas cosas como a mí no te van a gustar.

Que difícil enseñarte a ser tú mismo cuando el resto es solo del rebaño.

Que difícil enseñarte a respetar mientras los demás pasan por encima de uno.

Que difícil … pero no importa.

No me voy a rendir, no voy a dejar que olvides que eres único.

No voy a dejar que nadie te diga que no puedes hacer algo y si llegan a hacerlo, te prometo que no voy a permitir 2 que lo creas.

No puedo ocultarte el mundo como es, pero si puedo intentar cada día hacer del nuestro lo mejor para tí.

Te quiero rebelde siempre

Te quiero rebelde siempre.

Defendiendo tus ideas y exigiendo argumentos cada vez que alguien quiera venderte su verdad.

Te quiero libre siempre.

Sin atarte a rutinas, sin permitir que te coaccionen, haciendo siempre lo que quieras y cuando quieras.

Te quiero valiente siempre.

Venciendo miedos, avanzando, sin conformarte, buscando siempre algo nuevo que te llene de emociones.

Te quiero feliz siempre, rebelde, libre, valiente, siempre.

¿No se juzga en la maternidad?

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¿No se juzga en la maternidad?

Ya quisieramos ¿verdad?, pero no. Seamos realistas, se juzga todo, absolutamente todo!

Se habla mucho de hacer tribu, de criar sin criticar al otro, de entender los distintos entornos y todo el escenario sin prejuicios, tan ideal para la crianza. Pero el tema es llevar todo eso a la práctica. Y es ahi donde fracasa.

Y eso, lamentablemente aún pasa mucho.

Una copa de vino, una foto en bikini, una salida sola, ponerle la tele a tu niño, por dios!!! que ni se te ocurra que cuando se trata de una mamá cualquier detalle por mas minimo que sea, será exagerado y visto de la peor manera. Y es que tal parece debemos ser santas inmaculadas para ser veneradas.

Al menos eso piensan algunas personas que aun no se han enterado que la maternidad te enseña pero no te hace inmune a los errores. Pero sobre todo desconocen algo muy importante y es que lo que puede parecer un error, poniendose en tus zapatos, no lo es.

Juzgamos desmedidamente porque creemos tener la razón, tener verdades absolutas, porque nos sentimos superiores al otro, porque de pronto esa persona no esta siguiendo el libreto y se esta saliendo de nuestro molde ideal.

Juzgamos porque somos ignorantes de las realidades absolutamente diferentes que vivimos.

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En eso se basa todo: nuestras tantas diferencias.

Ser verdaderamente conscientes que somos diferentes nos hará comprender el por qué se abren tantos caminos en la crianza. Y es que la formula no es solo una señores y señoras, la fórmula nace con cada niño o niña y la vamos descubriendo de a pocos.

Por eso antes de emitir juicios, «consejos» u opiniones no solicitadas, es mejor cerrar los ojos e intentar imaginar el escenario, practicar la empatía, pensar si aquello que vamos a opinar aporta o no. Y si es lo segundo simplemente no decir nada.

Somos diferentes, criamos diferente.

Cuando entendamos y comprendamos eso, todo será más sencillo.

 

Amor por la lectura ¿Cuándo‚ cómo y donde?

Muchas veces comparto fotos de mi hijo leyendo‚ algo que empezó a hacer a diario desde poco antes de cumplir los 5 años. Algunos comentarios son de «oh que lindo» y otros de ¿Cómo consigues eso?

En nuestro caso el hecho que adopte la lectura como una de sus actividades favoritas se ha dado sin mucho esfuerzo por así decirlo. Tenemos una familia que tienen como actividad habitual la lectura: su abuelo paterno y su papá gustan mucho de leer en voz alta‚ su abuelo materno y tío no pasa mucho tiempo sin buscar un libro nuevo. Viendo y siendo parte de esto desde muy pequeño no tomó mucho para que vea una librería y definitivamente tenga que entrar a revisar y querer llevarse todo.

Además de ser una actividad que nos ve realizar‚ también tuvo libros en sus manos desde muy pequeño. Recuerdo que cuando tenía mas o menos tres años leía uno de sus cuentos en voz alta‚ se lo había aprendido de memoria y pasando las hojas decía lo que correspondía a cada página. Esto llamó mucho mi atención porque mi mamá me contó que yo hacía lo mismo de pequeña y que cuando uno de mis tíos me leía el cuento abreviado por la prisa que quizás tenía para irse yo reclamaba que no era de ese modo y se veían obligados a contarlo completo sin ningún recorte.

Asumo que desde entonces‚ leer para mí resultaba una actividad muy importante como lo es hasta ahora. Además es realmente indescriptible la sensación que me provocan los libros nuevos o el hecho de empezar un libro y querer terminarlo cuanto antes porque suelo leer muy rápido. Y en definitiva todo eso lo percibe mi hijo.

Pero fuera de experiencias propias ¿Por que es importante la lectura? ¿En que nos beneficia? ¿Cómo logramos que nuestros pequeños la incluyan en sus actividades diarias? ¿Que hay que tener en cuenta? ¿Cuál es la edad idónea para iniciar?

Este articulo lo tenia pendiente desde el año pasado en que preparé un conversatorio del tema‚ asi que he reunido diversos datos y experiencias para compartirles. Espero realmente que les agrade y sea de utilidad.

QUE IMPORTANTE ES LEER ‚ en eso estamos claros‚ el detalle es conocer las razones.

La lectura nos permite enriquecer vocabulario‚ acceder a temas que desconocíamos y a diversas realidades y perspectivas dándonos capacidad crítica y analítica‚ ademas de riqueza cultural. Sin embargo tiene como principal motivo que estimula la función cerebral y asi mantiene nuestro cerebro en forma. Nos permite desarrollar la concentración‚ atención y memoria pudiendo incluso prevenir enfermedades degenerativas como el alzheimer.

Quienes leen menos pierden mas rápido la concentración.

APRENDIZAJE  El hábito de la lectura mejora nuestras habilidades para aprender y en el caso de los niños se les hará mas sencillo ya que el cerebro se desarrolla con más facilidad.

VOCABULARIO Y ORTOGRAFÍA

Leer definitivamente enriquece el vocabulario y nuestra ortografía. Contribuyendo también a expresarnos y presentarnos de mejor manera.

ADEMÁS de beneficios intelectuales leer es una actividad relajante que permite reducir nuestro nivel de estrés siempre que se haga de manera continua. Lo mejor de todo: es una actividad económica que puede realizarse en muchos momentos y lugares sin interferir con otras personas.

LECTURA PARA BEBES ¿COMO Y CUANDO INICIAR?

Nunca es demasiado pronto para empezar a leerle a un bebé. La madre puede hacerlo desde el embarazo ya que reconocerá su voz desde los seis meses de gestación. Recién nacido es esencial leerle para estimular su interés en los sonidos y ayudarle a prestar atención a lo que oye. Estableceremos también una relación entre lo que mas ama (tu voz y compañía) y los libros.

Al compartir momentos de lectura con tu bebé conforme va creciendo aprenderá que leer es agradable e importante. No es necesario leerle todo el cuento‚ con solo unos minutos de lectura en voz alta ya lo estás beneficiando.

Lee en distintos tonos de voz y repite frases así podrás transmitir las emociones de lo que vas narrando y tu bebé podra reconocerlo. Usa libros de figuras grandes con colores que contrasten. Y cuando el bebé ya pueda tomar el libro en sus manos busca que sea de material resistente para que pueda manipularlo.

Un aspecto importante con los bebés es que desde su nacimiento el contacto con los libros promueve la denominada LECTURA EMERGENTE.

La lectura emergente ha sido definida por diversos autores como los conocimientos‚ hablidades y conductas de los niños antes de ser alfabetizados convencionalmente e incluye todos los intentos para interpretar símbolos y comunicarse mediante ellos independientemente de que sean dibujos, garabatos o letras.

Personalmente considero esto sumamente importante, siendo también un punto a tener en cuenta al momento de decidir enviar a nuestros hijos a cualquier centro educativo.

Antes de los dos años leer significa tener contacto con el libro impreso‚ diferenciar entre palabras y dibujos‚ conocer que las palabras escritas y las ilustraciones se relacionan entre sí y luego comprender que las historias narradas tienen principio‚ desarrollo y final.

LECTURA PARA NIÑOS

El hábito de la lectura en los niños es imprescindible porque potencia el pensamiento reflexivo‚ la imaginación y creatividad.

Para fomentar esta actividad hay que tener en cuenta lo siguiente:

º Da el ejemplo: Si te ven leyendo‚ ellos lo harán. Al ser los padres el principal referente cualquier actividad que queremos que realicen debe ser realizada mucho antes por nosotros mismos. Decirle a un niño que lea mientras los papás estamos frente a la tv no tiene sentido alguno.

º Libros atractivos: Elige libros acorde a los intereses del niño pero sobre todo a su nivel. Si son libros muy complejos para su edad se frustrará al no comprenderlos y si son muy simples se aburrirá rapidamente. Tomate el tiempo adecuado para elegir.

º Actividad por voluntad: No obligues a tu niño a leer ni lo recompenses con cosas materiales por hacerlo.

Ten clara la diferencia entre lectura de colegio y lectura de ocio.

º Haz el momento agradable: Lee en familia‚ destina un tiempo específico para la lectura y ten siempre disponible un espacio con luz‚ sin ruidos ni distracciones. Pero sobre todo con los libros al alcance.

Y A DISFRUTAR SIEMPRE DE LOS BENFICIOS Y MAGIA DE LA LECTURA

“Es igualito a su papá”

Tiene su contextura, algo de sus ojos y dicen que la forma en que corre también.

Ha heredado su sensibilidad, su sentido del humor, su risa que lo hace retorcerse y gritar como loco y que puede darle ataques de risa sin importar nada en plena madrugada.

Ha heredado su amor por la música, su locura, su sentido tan mágico de atraer a personas extraordinarias a su vida. Ese talento para hacerse querer con apenas haberlo conocido un día y esa capacidad de ver lo mejor hasta de la que yo puedo creer la peor persona.

Pero no son igualitos, solo tienen algo en común: Son únicos.

Por eso cuando le cambian el nombre por el de su papá o dicen que de mi solo tiene el color, no me importa.

Lo físico es obvio, es genética. Si saco más al papá o más a mi, yo solo sé que lo concebimos a medias.

Pero lo que realmente me importa: es lo que tiene en el corazón.

Y si en eso es «igualito a su papá» estoy más que tranquila.

Cada día es un intento 

Me gusta más hablar en positivo, de lo que pueda servir de guía, acompañar, motivar pero la realidad es que no todo lo que me pasa es siempre así.
¿Qué hay de los días malos? De los días llenos de culpa? Esos momentos en que sientes que tu hijo merece otra mamá. Eso también me pasa y mucho. Cada noche hago un recuento de mi día y siento culpa, si, aunque algunos crean que hago buenas cosas, que soy buena mamá, a veces no lo siento así.
Sé que mi hijo lo merece todo y sé que no lo soy. Pero que quede claro por favor que no necesito que me digan que lo soy o que me consuelen, ni frases motivacionales ni reconocimientos, mucho menos falsos halagos.
No me siento buena mamá y punto.
En serio, últimamente no me siento buena mamá nunca, casi nunca. Quizás sea pesimista, exagerada pero así lo siento.

Por lo general leo «hago lo mejor que puedo» como una forma de consuelo para las mamás. Para mí eso sería engañarme, soy consciente que aún no puedo decir que hago lo mejor que puedo, aún no.
Pero…
Cada día es un intento, luchar contra la sociedad, contra las imposiciones de la gente y encima tener que ser ejemplo, guía, consejera, cocinera 👩🏻‍🍳 todo. Incluso resolver preguntas tipo: antes de nacer, existíamos?

¿Como vamos al cielo cuando morimos?
Y es que puede parecer sencillo dar cualquier respuesta pero si mi hijo acude a mi es porque confía, porque sabe que le diré la verdad, porque soy su referente. Y eso, es una gran responsabilidad. Ojalá fuera como cuando me tocaba trasnochar, darle teta, dormir abrazándolo y cambiarle el pañal, ojalá en serio eso fuera lo más difícil.
Yo nunca he querido cumplir expectativas de nadie, no me ha preocupado que se sientan orgullosos de mí ni nada de esas cosas, excepto con mi hijo. Es la única persona de la cual me importa por sobre todas las cosas lo que piense de mí, lo que espera de mi, lo que puedo ser para él.
Así que repito: cada día es un intento.
Y aunque ahora me sienta así se que cada momento es una nueva oportunidad, porque si hay algo que tengo clarísimo es que amo a mi hijo con locura y que por él: todo, absolutamente todo.

Duele crecer, a veces.

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Al tener un hijo entras a un universo donde todo es impredecible y sobre todo las emociones, este fin de semana me tocó lidiar con eso.

Todos deben haber pasado desilusiones en la vida, yo ni hablar, de todas maneras hasta el día de hoy me toca pero lo que no imaginé nunca era tener la desilusión por otra desilusión que no era mía.

Hace unos días invitaron a Jonathan a una matinee, era el viernes y yo trabajaba hasta las 8:30 así que hable con su papá para que se adelantara llevándolo. Jonathan estuvo animado en ir y bueno ademas de sus primos en la fiesta vería a dos compañeras con las que estudió en Inicial de 4 años, pues resulta que llegó y las niñas no lo recordaban, así de simple y así de ggrrrr (para mí), ya les cuento.

Cuando llegué lo vi sentado y nada animado la verdad, le dijo a su papá que era por otro motivo. Pasó un rato y entonces intente animarlo para que fuera a jugar con una de sus compañeras y me dijo, sin mirarme: Ella no se acuerda de mi . Hasta ahora recuerdo su carita y de veras en ese momento quise agarrar a mi hijo y salir corriendo se los juro, verlo afectado por algo así me tomó por sorpresa y no tenia idea de que hacer. Su papá luego me confesó que sintió las mismas ganas de llevárselo pero ambos simplemente nos quedamos, pero ¿Habría servido distraerlo? No lo sé, en cambio solo dejamos que pase ese momento.

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¿Como puede alguien no recordarte hijo? ¿A ti? Tú que recuerdas a todos, que recuerdas los lugares y hasta cosas que yo misma olvido. Que ingrata es la vida ¿no?

Un día alguien me dijo que los niños recuerdan mas las cosas a partir de los 5 años, no se si sea cierto (prometo averiguarlo) pero por un rato esa ha sido mi excusa y eso mi cerebro lo entiende claro, pero mi corazón no, y duele.

Dolió ver que ante eso que lo desilusionaba yo no podía hacer absolutamente nada, dolió verlo solito lidiando con ese sentimiento, dolió verlo triste porque Dios sabe que daríamos la vida entera por nuestros hijos, porque nada los toque, porque nada los hiera, porque nada los haga derramar una lagrima.

Pero eso es imposible, hay y habrá cosas que no podre suavizar para él. Nos toca y nos va a tocar, me va a tocar verlo triste algunas veces en la vida (ruego no sean muchas) porque así es, porque así toca, porque así también aprendemos y eso si que me consta.

Pero ¿saben que? Lo vi crecer y hacerse fuerte, entendí también que tenia que vivir ese momento porque pude verlo como un rato después estaba que ya no se quería ir, lo vi sonreír de nuevo y bromear conmigo. Vi a mi hijo ser él mismo, superar un mal rato sin que yo tuviera o pudiera hacer nada salvo estar ahí, a su lado.

Y así paso este fin de semana con ese nudo en el pecho, pero que pasa.

Al final de todo solo puedo sentirme orgullosa de mi hijo, del niño que es, de su sensibilidad, esa que a veces duele pero que es lo que admiro en todas las personas, pero sobre todo de su capacidad de superar las cosas, los malos ratos y ser el niño fuerte que es.

Hemos aprendido los tres, hemos crecido los tres y crecer también duele a veces.

 

 

 

Solo una silla

Anoche estaba cerrando una ventana que está sobre la puerta de la sala, es alto así que no lograba hacerlo porque había un cable que cruzaba y no me dejaba cerrar. 

Intenté dos veces cerrar presionando el cable y luego parandome en puntas intentaba sacarlo pero nada, muy alto. Habrán sido cinco intentos y digo: «ay! Esta tontería».

Jonathan que estaba a mi lado esperándome para subir a dormir, de lo más tranquilo me mira y me dice: 

              Con una silla pues. 

(De veras que su tono de voz era como: ay mamá!)

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¿Quien aprende de quién ahora?

Fue cuestión de segundos, es una bobada pensaran muchos. Lo cierto es que mientras yo hacía un intento absurdo que era claro no iba a poder cerrar una ventana que estaba más alta que yo. Mi hijo de 6 años en cambio, me sugería una salida rápida, práctica y efectiva. 

Cuando por moda le quitamos el sentido a las cosas-#TreeOfLife 

Hace un tiempo me entere de algo que realmente me era difícil de creer, cuando lo leí en una noticia pensé: Tiene que ser una broma.

Lamentablemente resulta que es una realidad en varios países y es que: amamantar en publico es mal visto, es censurado, es prohibido, incluso es multado!

Absurdo, desatinado y anti natural es como califico todo este sin sentido de ver algo malo en que una mujer alimente a su bebé. Pero pasa, hay lugares donde las madres tienen que soportar criticas, comentarios fuera de lugar, miradas y si deciden evitar todo eso deben optar por esconderse en un baño. Y no solo en las calles, resulta también que si en redes compartes una foto amamantando, pum! post bloqueado.

Tal como van las cosas en redes, para unir a las madres en un movimiento para normalizar la lactancia encontré la campaña #TreeOfLife, donde madres de distintos lugares del mundo comparten sus fotos dando de lactar editadas en distintos filtros con la figura de un árbol uniendo su pecho al bebe.

Imagen: Google

*Si quieren saber como hacerla aquí esta el enlace a un articulo de Armando Bastida donde lo explica de manera sencilla: https://www.bebesymas.com/lactancia/como-crear-tu-fotografia-de-lactancia-del-arbol-de-la-vida-treeoflife
El significado que sentí cuando vi la foto me encantó, esa unión, ese lazo, incluso la foto que parte de las raíces del árbol en el pecho de la madre hacia las ramas en el cerebro del niño, en esa foto sentí tal cual lo que hacemos al dar de lactar, alimentar y no solo el cuerpo sino también sus emociones, su desarrollo.

Imagen: PicsArt

Descubrí esta campaña y no tarde en ver que se volvía un boom donde mamás subían sus fotos, consultaban la aplicación e incluso pedían ayuda para editarlas.

Pero entonces! la «moda» empezó esa etapa en que incomoda. Con lo bellas que resultan las fotos no tardaron muchas mamas en hacer las suyas, pero hay un detalle: no todas han dado pecho. Y se sintieron atacadas, se pusieron a la defensiva, los biberones salieron con capa y espada a decir que dar formula no hace a una mujer menos madre y que el nexo es tan o mas fuerte, y que esto, lo aquello y lo otro.

¿Por que ser pro lactancia resulta sintiéndose un ataque a quienes no pudieron dar de lactar? Si por salud o la situación no pudieron dar de lactar, si hay una razón valida para no haber amamantado ¿Por que  entonces se sienten que alguien las subestima cuando dice que la leche materna es lo mejor?

Imagino; y solo puedo hacer eso porque yo di Lactancia Materna Exclusiva a mi hijo hasta los 6 meses y con alimentación complementaria hasta el año y dos meses; que algo toca fibras en estas mujeres que no pudieron dar pecho, que sienten un ataque que no esta sucediendo, que sienten que estaban mal o que no hicieron lo suficiente,  solo imagino que les queda la necesidad de que les digan que hicieron lo mejor y al levantar la bandera de la teta sienten que va contra ellas. Pero créanme que no es así. 

El caso es que entonces la campaña bajo el hashtag #TreeOfLife que buscaba unir fotos de bebes siendo amamantados, consiguió fotos de bebes con biberones y bebes recibiendo besos o abrazos, o arrullos, etc.

¿Que hay con eso?

Pues vamos a poner algo claro y es que cada quien puede hacerse las fotos que quiera, como quiera, para los fines que mejor le parezcan, gozamos menos mal de esa libertad y la aplicación con la que se editan estas fotos no establece ninguna condición. Puedo hacer mi foto como más me guste, no solo con el árbol de la vida sino con muchos otros stickers y efectos de PicsArt. 

Entonces? 

Pues sucede que en el marco de la campaña hay un objetivo, un efecto que se busca, un sentido. No es el amor de madre, no es quien es la mejor madre, no es quien tiene más fotos con sus bebes en la teta o quien da lactancia en tándem. Y mucho menos es normalizar el uso de biberón y la fórmula, eso está más que promovido comercialmente, no está mal visto, no es censurado, no necesita campaña alguna para dejar de ser mal visto. 

En cambio hay muchas madres que si necesitan que se apoye la lactancia materna, que se vea natural tal y como lo es, hay muchos niños que necesitan que defendamos ese derecho que nace con ellos, de ser alimentados por el calor y la leche de su madre sin que nadie tenga porque decir que está mal hacerlo, que no quiere verlo o que vayan al baño. 

Normalizar la lactancia materna siempre me ha parecido tan extraño, como es que llegamos al punto de tener la necesidad de normalizar algo que es natural en nuestra especie, pero así están las cosas. 

Apoyemos, no desviemos el camino, no distraigamos la atención con enfrentamientos innecesarios. Somos madres todas, necesitamos unirnos en lugar de colocarnos en bandos.